De cometas en el cielo...
La madrugada del 12 de Abril de 1986 un amigo, JL, y yo nos subimos a mi coche y nos dirigimos a un cerro elevado que hay cerca del pueblo cacereño de Casar de Palomero (a unos 25 kilómetros de donde yo trabajaba entonces). Desde lo alto pudimos observar, maravillados, la aparición en el cielo (a la izquierda de nuestro campo de visión) del mítico cometa Halley... Fue sorprendente; no tenía nada que ver con lo que nos habíamos imaginado que sería, de acuerdo con las fotografias y grabados que habíamos observado en libros, revistas o la televisión de entonces. Imaginamos la cantidad de personas que, a esa misma hora, en el mundo estarían mirando al cielo como nosotros... En los millones de seres que a lo largo de los siglos se habrían extasiado, sorprendido, asustado con su aparición en los cielos... También comentamos que seguramente no podríamos volver a ver su regreso en 2061...
Diez años después, el 22 de Marzo de 1996, junto con mi hija mayor Ca, que cuando lo del Halley contaba con seis años de edad, nos fuimos a ver, anochecido, el cometa Hyakutake a un paraje casi mítico y misterioso; el Pinar de Monte Algaida, cercano a la ciudad gaditana de Sanlúcar de Barrameda. De este lugar existe mucha literatura relacionada con la historia, con la arqueología, con la parasipcología, con la ecología, etc, etc... Nosotros estuvimos admirando aquel cometa por una zona que llaman "La Casa del Guarda", y no sucedió nada más digno de mención que el susurro de la brisa en los árboles y las llamadas y cuchicheos de las aves nocturnas...
Al año siguiente y desde la azotea de nuestra nueva casa, toda la familia y durante algunos meses, pudimos asombrarnos con el espectacular cometa Hale-Bopp... Se convirtió en una costumbre subir, al anochecer, para observarlo a placer en el cielo del noroeste...
Después han seguido otros espectáculos celestiales como eclipses de Sol y de Luna, conjunciones planetarias, lluvias de estrellas, ocasos llenos de color, etc... Incluso una noche de verano, Mv y yo, sentados en el jardín, vimos como, de pronto, se iluminaba el cielo durante unos segundos a causa de la caída de un bólido...
¡En qué medida nos empequeñece el firmamento!, ¡cómo nos sigue maravillando la contemplación de los cielos!... ¡Cuántas preguntas sin respuestas!....